Está claro que el Abecedario de Mar Benegas y Raúl Guridi es una de nuestras obras favoritas. Os traemos una nueva y hermosa experiencia realizada en Secundaria con este poemario que, para su reedición, se ha vestido de un suave azul. Así lo hemos vivido en clase de Maite Odriosolo, en el IES Calderón de la Barca:
Ya antes de abrirlo, se impone el libro como objeto. Eso que todavía no transmiten los ebook: el formato vertical, la elección de los colores, las tapas duras cosidas con lana… Los materiales custodian un interior donde cada elemento funciona con esmero. En cada página, un color: rojos y anaranjados, negro, dorados y muchos verdes. Poemas y dibujos dialogan como en el arte del calígrafo, siguiendo la composición de la escritura oriental. Conducido el lector por un orden alfabético, cada letra le descubre ese cuerpo imaginado del título. Así sabemos que la luna está en tu boca/cuando sonríes… “solo dos ojos y cabe todo el cielo,/¿cómo es posible?”…o que “Piel./Es la casa de todas las caricias. Abre la puerta”.
El libro rebosa delicadeza, la que misma que tiene el Haiku para transmitir las emociones: “no grites, no la asustes/ es mariposa”. El Haiku parece decirnos que solo desde la humildad de la palabra justa y bien dicha podemos atrapar la vida y comprenderla: ” felicidad/ es lagartija inquieta/corriendo al sol”, “Vive la vida:/pequeño colibrí/sobre las flores”. En la tradición oriental, la caligrafía además de ser un arte es un camino hacia el sentido. Y por eso este cuerpo imaginado también integra la experiencia del dolor, porque “su sangre derramada/ mancha la Historia”. O del destino aciago, como ese Pinocho que nada podrá hacer con las xilófagas hormigas. Y conoce que un día yacerá para siempre mientras “Las nubes como cuadros/ siguen pasando”.
Podría pensarse que es mucho bocado para el aula, demasiado exquisito, demasiado esencial. Sin embargo, el libro se remata con unas estupendas indicaciones de las que, a buen seguro, son lectores potenciales profesores y alumnos: qué es un Haiku y cómo escribirlos. ¡Manos a la obra! La experiencia promete…
…Y hacemos nuestro particular abecedario del otoño dando la bienvenida a la nueva estación de forma poética.
Al principio tratamos de ceñir la vivencia del otoño a cada letra del abecedario, pero pronto tenemos que liberarnos de algún corsé y éste es el primero que cae. Y luego toca desaprender algunas cosillas… Resulta curioso comprobar cuántos códigos adquiridos coartan ya la imaginación a los 12 años, cuánto cuesta aceptar que existe la poesía fuera de la rima y que no hace falta decir “cosas importantes” porque mis sensaciones importan si busco la manera de expresarlas a los demás… Ah, por cierto, el otoño no son solo hojas que caen ...pero me temo que algunos clichés pesan demasiado y veis que a medida que se fueron soltando iban cayendo hojas de los árboles… De todos modos, no ha quedado nada, nada mal.
Lágrimas de oro.
Al susurro del viento
lloraba el árbol
(Alba Armesto)
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Lluvia nocturna
que en el otoño muerde
el tierno rosal
(Alba Armesto)
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En el regazo
del camino, el otoño
deja sus colores
(Carla Suárez)
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Vientos, colores.
El aire frío deja
bosques vacíos
(Nikol Tiomirova)
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Un árbol calvo
pide calor. El sol
huraño se esconde
(José Yeray Fernández)
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Camino otoñal.
De esa piedra
marchan todos
(Noel Pacín)
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Flor de otoño,
regalas tu semilla
al suelo seco
(Lucía Fernández)
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El árbol muere,
rodando al pie
hojas caducadas
(Lucía Fernández)
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Las hojas chillan
al caer por el suelo.
En él deslumbran
(Farith de la Fuente)
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El árbol se muda
de ropa abiertamente
ante mis ojos
(Farith de la Fuente)
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El monte se llena
de setas y colores.
Llega el otoño
(Iñaki Arrate)
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Pobre otoño,
en cuanto él llega
las flores se van.
(Daniel García)
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Las hojas teñidas
ocupan los suelos como
flores en pradera.
(Pelayo García)
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Hoy los árboles
lloraron hojas secas.
El viento se las llevó
(Yeray García)
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Las hojas surfean
en el fresco viento
del suelo otoñal
(Adrián García)
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La luz muere.
Cuando las hojas caen
la noche crece.
(Sara Alonso)
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La hoja se cae,
pero no está perdida:
la empuja el viento
(Martín Fernández)
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Las hojas caen y
al son del vendaval
caminan libres.
(Nuria Cueto)
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Despierta otoño
con el viento meciendo
tu grande árbol
(Jorge Cano)
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El viento grita
en la noche oscura
contra mi ventana
(Maya Ramos)
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El bosque se tiñe,
se llena de colores.
Llega el otoño.
(Samuel Martínez)
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El viento corre
tras las hojas caídas.
Desfiles de colores.
(Joey Rosado)
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Flor de otoño,
regalas tu amor
al suelo seco.
(Alanni Méndez)
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