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ELLING. HERMANOS DE SANGRE

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Ambjornsen, Ingvar.
Barcelona : Nórdica Libros, 2012
265p. ; 22 cm
Traducción:  Gómez Baggethun, Cristina.

Solamente con mencionar Noruega me viene a la cabeza la idea de un país con gentes organizadas y silenciosas. Y en este contexto hay que situar a los protagonistas del libro: Elling y su amigo de nombre impronunciable para mí, Kjell Bjarne. Ambos adultos y con infancias difíciles a sus espaldas, residen en un piso tutelado por el Estado, después de haber pasado una temporada en un centro para personas con problemas psicológicos.

Elling es el narrador de esta historia y en primera persona nos va contando sus avances en esta etapa de regreso a la sociedad; porque lo que para cualquier ciudadano de a pie es una acción sin importancia, para Elling y su amigo supone todo un reto. Uno tras otro, los van superando. Cuando consiguen dejar de lado la adicción de ambos a las líneas eróticas, deciden salir del piso y comer en un restaurante, dan paseos y van conociendo a otras personas. Elling entabla amistad con un poeta y Kjell Bjarne se enamora de una vecina embarazada. Quizás esto se debe a que a Elling le interesa sobre todo la poesía, sin sentir ningún interés por el sexo, ya que es asexual, y a Kjell Bjarne una de las cosas que más le interesan es el sexo, aunque es virgen. Tanto el poeta, llamado Alfons Jorgensen, como la vecina embarazada, de nombre Reidun Nordsletten, están tan solos en la vida como los dos protagonistas principales del libro. Y esta amistad entre los cuatro nace con el conocimiento de Frank, el asistente social asignado por el Estado para supervisar los avances de los dos amigos. A partir de este momento el grupo disfrutará del viejo coche de Jorgensen, de unas vacaciones peculiares, del nacimiento de la hija de Reidun y de un recital de Elling un tanto particular.

Ingvar Ambjornsen  (Noruega, 1956), publicó este libro en 1996, el tercero de la tetralogía Elling, iniciada en 1993. Con gran éxito desde el primer momento, normaliza la vida de aquellos que están al margen de los cánones establecidos para una sociedad “normal”, utilizando un tono amable y cercano, incluso cuando describe situaciones cómicas protagonizadas por los dos hombres.

De esta serie se han rodado varias películas y también ha sido llevada al teatro.

La traductora, Cristina Gómez-Baggethun, es noruega por vía materna y desde los diecisiete años traduce libros del noruego al castellano, aunque también domina el inglés y el alemán. Reconocida con varios premios, su trabajo en esta obra es impecable.

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PÁJAROS EN LA CABEZA

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Pájaros en la cabeza

Autor : Joel Franz Rosell

Ilustradora : Marta Torrao

Editorial : Kalandraka . Primera Edición, año 2004

¿Quién no ha tenido alguna vez pájaros en la cabeza? Y digo alguna vez, porque tenerlos siempre supondría un problema, ¿o no?

Para el protagonista de esta historia, un  rey bueno y muy viejo, tener pájaros en la cabeza era todo un privilegio y tranquilidad, ya que no solo le acompañaban con sus trinos y aleteos en la noches, sino que le ayudaban a tomar acertadas y sabias decisiones para su reino.

No opinaban así sus tres ministros. Lejos de alabar las determinaciones del monarca, creían que la presencia de esas aves no les traía más que freno a sus pretensiones.

En un intento de acabar con la situación, el Ministro de Defensa, el Ministro de Economía y el Ministro de Todo lo Demás idearon un plan para acabar con esas molestas aves.

Pero a veces, por mucho que uno se empeñe en eliminar los pájaros de la cabeza, puede aparecer lo que menos te esperas -un murciélago, por ejemplo- y traer de nuevo un aire fresco cargado de aleteos a nuestras ideas y reflexiones.

-¡Algo es más que nada!- que diría el rey.

Aquel reino había tenido el mejor rey en toda su historia.

Se trata de un álbum ilustrado donde lo primero que nos llama la atención es el título. A todos nos viene a la cabeza la famosa frase hecha: tienes pájaros en la cabeza o tienes la cabeza a pájaros. Ese momento en que nuestros pensamientos toman su propio camino sin rumbo fijo, deteniéndose en fantasías, ilusiones, magia y, como no, el poder de convertirte o hacer todo lo que tu subconsciente  siempre quiso llevar a cabo.

Hoy, en clase, el alumnado disfrutó muchísimo con la historia y todos estaban de acuerdo en:

-“que los tenemos en la cabeza, porque es ahí donde tenemos el cerebro”

-“que tenemos pájaros -y no otros animales- porque en los dibujos, cuando te das un golpe, siempre aparecen los pájaros representando algo que no se puede expresar con palabras”

-“que el rey, aunque tiene una nariz muy especial y estaba un poco mal de la vista, era capaz de ver lo bueno en cada persona por encima de egoísmos e intereses”

-y que “tampoco es tan malo tener de vez en cuando pájaros en la cabeza, si al final nuestras ideas son mejores”

Noelia

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DE ACRÓNIMOS Y SIRENAS

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FRAGMENTOS DE SALITRE- Artículo de Nuria Villemur

https://www.elcomercio.es/opinion/salitre-20221014000740-ntvo.html

No me gustan los acrónimos. Ahora en educación encontramos muchos para explicar los diferentes modos de enseñar y de aprender: ABN (Aprendizaje basado en números), ABJ (Aprendizaje basado en el juego), ABP (Aprendizaje basado en Proyectos y/ o Aprendizaje basado en problemas)… Seguro que se usan muchos más que ni los conozco. Al primero, le faltan siglas. El segundo, lo defiendo desde siempre: en Infantil no hay actividad más importante que el JUEGO con letras mayúsculas, pero nunca usé el acrónimo. Del último, tendríamos que delimitar, definir o redefinir qué entendemos por “proyectos” y qué consideramos problemas. Dicho esto, voy a inventarme un acrónimo para enmarcar nuestra experiencia lectora. Podría ser ABL (aprendizaje basado en lecturas) o ABV (aprendizaje basado en vivencias ) o mejor, mucho mejor, ABVL (Aprendizaje basado en vivencias lectoras).

Elvira Lindo, en un artículo de 2008 titulado “Leer a su lado”, da muchas razones para leer, que os enlazo aquí:

 Elvira Lindo – Página Web Oficial – Noticias, Blog, Publicaciones, Artículos, Galería, Biografía, Books » Leer a su lado

En nuestra escuela, una escuela con dos unidades mixtas, una de Infantil de 3, 4 y 5 años y otra de primer ciclo de Primaria 1º y 2º, con un total de 22 personas y sus maestras, la lectura es, sobre todo, lo que ella dice en el título: Leer a su lado. Eso y, también, leer para emocionar, leer para jugar, para pintar, para crear.

Leer porque antes lo hemos leído sus maestras y nos ha emocionado. Leer porque queremos compartirlo con ellas y ellos. Leer porque sabemos con certeza que va a funcionar y que las expectativas se van a cumplir e incluso van a superar lo que pensamos que pueda pasar.

Los álbumes ilustrados son algo imprescindible en  cualquier escuela, pero en la nuestra es impensable no tenerlos . Podría usar otro acrónimo recién inventado  ABAI (Aprendizaje basado en álbumes ilustrados), pero ya he contado que no me gustan los acrónimos. Esta vez la vivencia lectora no se dio  a partir de la lectura de un álbum ilustrado. Nuria Villemur es nuestra amiga y escribió en El Comercio un artículo titulado “Salitre”. Al leerlo yo, inmediatamente lo quería “vivir” en clase; pero antes había que preparar el momento lector.

En primer lugar, saber qué fragmentos iba a leer yo. Y digo yo, porque después de encontrar el artículo, elegí tres fragmentos que creía podían ayudarnos a entender el texto y a vivirlo, fragmentos que yo leería en voz alta.

Un paseo a la playa a recoger ocle también fue necesario y agradable.

Las gaviotas a las que hace referencia el artículo me llevaron a una gaviota móvil que tengo en mi casa, con la que me une un vínculo afectivo muy fuerte. Vínculo que también les contaría, al llevar a clase la gaviota.

El ocle estaba colocado en una mesa con forma de pez . La gaviota, colgada encima de la mesa.

mesa pez

Al llegar, el olor a ocle fue lo primero que notaron, aunque la gaviota que movía las alas al tirar del hilo es lo que más les gustó y lo que más exploraron. Tenían que tirar y soltar.

Después de la novedad inicial, nos sentamos a escuchar mi lectura en voz alta de los tres fragmentos.

Antes de leer hablamos de lo que creían que eran “fragmentos”. Dicen: trozos. Debatimos si grandes o pequeños y trozos de qué. Se acuerdan de trozos de imanes que, en una actividad del curso pasado, se rompieron y seguían funcionando, atrayendo metales.

Comienzo la lectura, leo los tres fragmentos seguidos, sin pararme a explicar palabras como “ocle”, “ubicación”, “simas abisales”, “enaguas”…y otras que seguramente no entienden, pero de las que hablaremos al terminar y cuando lo tengamos que “vivenciar”.

Mientras leo, el alumnado de primaria sigue el texto, en una hoja que cada uno tiene para sí con el escrito.

Acabada la lectura damos vueltas alrededor de la mesa, haciendo el ruido de las gaviotas. Yo en eso no había pensado, pero salió. Hacemos volar la gaviota de madera y nos paramos, olemos -¡huele a ocle, huele a mar!-, aunque quedó claro que nuestra “ubicación”, (palabra que la mayoría entendía por el uso de los móviles) no estaba al lado del mar. Nuestra escuela no está al lado del mar: habíamos preparado un “escenario”. Antes de ponernos a crear y ver si teníamos el poder al que aludía el texto, era necesario jugar un poco.  Preparamos una “sima abisal” tapando una parte de la mesa; porque abisal, y abismo, es un sitio oscuro. Eso, lo tenían claro.

Y creo que sí: la lectura, en esta ocasión, les hizo conseguir el poder de imaginar sirenas de cabellos de ocle, además de hacer “necesario” dibujar, recortar, crear, mirar, pararse, oler. Podría inventar un último acrónimo: ABN (Aprendizaje basado en la necesidad de …), pero se confundiría con el numérico. Mejor, salvando las distancias, intentaré emular a Elvira Lindo y decir que en la escuela debemos leer para vivir. O, mejor, que debemos vivir leyendo.

Mirta

sirena puntillas

Aquí podéis ver un pequeño vídeo de la experiencia y las obras del alumnado. Escuela Guimarán Valle, de Asturias

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DE LA BOCA DE UN LEÓN

DE LA BOCA DE UN LEÓN

De la boca de un león

Inés Garland.

XXI Premio Alandar.

Edelvives.

¿Qué sale de la boca de un león? La Ira, tal como escribió Marlowe en su obra Doctor Fausto, y que la autora recoge en una cita junto con la dedicatoria del libro. La Ira, hija de un rugido. Un rugido de amenaza, de desesperación, de aviso, de dolor… Un rugido enigmático que no podremos interpretar hasta el final de la obra.

Pero en la novela los rugidos son sordos, no se consiguen escuchar porque se ahogan, se esconden, se evitan y reconcomen por dentro a los personajes, creando un ambiente de angustia y tensión que les oprime y les impide liberarse. Y quizás sea este uno de los aciertos de la autora, que mantiene al lector en vilo.

La violencia, en distintas formas, recorre la historia. Una violencia latente, a veces se ve, a veces se adivina, que atenaza a la familia de Tadeo, oprimida por un secreto que el protagonista ignora y que tiene derecho a saber para no expiar las culpas ajenas de los adultos.

“Yo sabía que ese verano, mientras estaba en Mar del Plata, habían pasado cosas que nadie me había querido contar.”

Tadeo, un adolescente y el menor de cuatro hermanos, narra en primera persona esta historia llena de vértices y ángulos muertos. Tadeo no entiende la violencia que le inflige su hermano mayor, Iván. Tampoco obtiene repuestas de su hermana Lucrecia, a pesar del afecto que se profesan y a Jano, su otro hermano, no le puede preguntar, porque sufre una enfermedad mental desde el accidente. Pero el protagonista no cejará en recomponer todo este rompecabezas porque está seguro de que será el fin de su sufrimiento. Y los descubrimientos van sucediéndose a lo largo del relato, en forma de conversaciones, de diarios, de sueños…

Aunque el mayor descubrimiento para Tadeo va a ser Vera y su familia, el rayo de luz que ilumina la trama y que ofrece otro modelo de relaciones que van redimiendo al chico. Desde ese momento se nos ofrece un abanico de personajes y vivencias que da cuenta de la riqueza argumental y de la sensibilidad de la autora. La realidad es compleja e Inés Garland ha sabido reflejarla a la perfección.

De la boca de un león conectará perfectamente con ese lector adolescente que ya pasea en la frontera de la literatura juvenil y la adulta, porque ofrece una trama inteligente, valiente y de crecimiento personal. Por ello, es interesante comenzar su lectura colectivamente, con nuestros alumnos, para plantear, desde el principio, preguntas que, aunque puedan incomodar, es necesario que encaremos.

También para familiarizarlos con la lengua argentina y sus giros, que no impiden en absoluto su comprensión, sino que, al contrario, enriquecen su vocabulario y ofrecen una ocasión para indagar en la riqueza lingüística de las variedades de nuestro idioma.

Que la novela haya ganado el XXI Premio Alandar de Narrativa Juvenil revela una decisión valiente del jurado y viene a reafirmar la labor de calidad de esta autora que acumula otros importantes reconocimientos. En 2009 Inés Garland recibe el galardón a la mejor novela juvenil de Argentina por su novela Piedra, papel o tijera, también merecedora del premio de literatura para jóvenes más prestigioso de Alemania. Y en 2016 obtiene el premio Ala Delta de literatura infantil con su novela Lilo.

Un libro especial que ofrece otros caminos de lectura no siempre presentes en la literatura para los más jóvenes.

Alberto Lorenzo Villanueva

 

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ESTA OCA ES LA REOCA

Esta oca es la reoca

Esta oca es la reoca

Marta Guśniowska y Robert Romanowicz

Thule Ediciones

                  La gallina “rules” (manda, diríamos en castellano-llano). Muchos son los libros y álbumes ilustrados que presentan gallinas. Recuerdo patos también, unos cuantos. Y pingüinos. Pero ocas, no conocía yo muchas y ésta me ha dejado muy impresionada.

                  El sentido de la vida, también “rules”. Casi todo va en busca de sentido: el hombre, la escritura, el adolescente en tránsito, …las ocas. Al menos esta oca, que se plantea qué hace ella en el mundo, en el gallinero, en la vida; poeta como es, deprimida como está, y en un constante vaivén emocional. La narración es, por supuesto, un viaje, en el que varios personajes van sumándose al periplo de la oca, mostrándonos que hay vida más allá de la tapia de la huerta del señor cura (de la cerca de la granja, en este caso). Y esa vida, esas diferentes maneras de estar en el mundo, pueden darnos otra perspectiva de lo que nos está pasando, de quiénes somos y de cómo podemos encontrar a otros seres como nosotros, aunque a lo mejor no llevan plumas precisamente.

                  Los textos son divertidísimos y mezclan un sentido del humor a veces infantil, a veces adulto, a veces incluso naif, dando cabida así a diferentes lectores. Lo mismo ocurre con sus ilustraciones, que envuelven en un formato casi de parvulario toda la narración. No hacen avanzar al texto, pero mantienen en terreno seguro afirmaciones contundentes que podrían sacar de sí al menos emocionable de los lectores: “No como maíz, no pongo huevos, esto no tiene sentido”. O el doloroso, por tener que pronunciarlo: “Soy una oca de verdad”.

Precisamente por esa mezcla tan homogeneizada, aunque con la sensación de que el disfraz iba a poder con la fuerza de la historia, lo llevé con dudas a 4º de Secundaria. La cosa es que me tocaba el Neoclasicismo, y me aburre, y me aburro yo explicándolo. La enfoqué como una fábula moderna: un relato breve, protagonizado por animales, y con algo que enseñar. El éxito fue rotundo y, a partir de la descripción de una oca delgada en zonas que no eran los tobillos, mi alumnado enganchó con el humor y, lo que ya escapa a mi comprensión, hasta las ilustraciones les parecieron encantadoras, a pesar de mi miedo a que rechazaran el libro por recordarles a los más infantiles. Pensaba leerles solo un fragmento, pero no, no, que les trajera otro viernes la oca, que había que acabarla.

Mi conclusión: no importa en qué edad te encuentres, porque cabes en la ruta de esta oca. Al final, como en toda fábula, aprendemos una lección: si realmente estás deprimido, busca amigos y sacarás seguramente fuerzas para apagar ese fuego que cuece tu corazón y no te deja ser feliz.                

Lorena

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DOS HERMANOS

Dos hermanos

Dos hermanos

Larry Tremblay

Nube de tinta

Dos hermanos es una novela que narra sin miramientos una dura tragedia tristemente de actualidad. En un estilo fácil y  directo, pero no por ello menos elaborado, el autor nos cuenta la terrible decisión que debe tomar un padre musulmán para elegir a uno de sus dos hijos gemelos, de 9 años, que deberá convertirse en un mártir atado a un cinturón de explosivos.

El origen que desencadena este drama es la muerte del abuelo y de la abuela de los niños, cuando un obús enemigo estalla en su apacible hogar causando la muerte inmediata y cruel de los ancianos.

No se especifica en qué país se desarrollan los hechos, solamente se alude a una población de Oriente Próximo, ocupada, en conflicto permanente, con un muro de por medio…En fin, todos podemos imaginar.

Múltiples circunstancias inteligentemente dosificadas van añadiendo a la trama interés y tensión que, finalmente, se convierten en desasosiego. La verdad y la mentira se confunden, se enredan y las contradicciones afloran. La rapidez angustiosa con que pasan los días para toda la familia protagonista contrasta con la quietud de las noches, donde la madre gusta de sentarse a la luz de la luna para llenarse de un poco de serenidad. La paz del huerto umbrío de la casa, con sus olorosos naranjos, se deshace bajo el sol impenitente de la lejanía donde se libra el odio de la guerra.

Los lazos familiares, ya trastocados por el asesinato de los ancianos, se rompen aun más por el odio resentido del líder fundamentalista Soulayed y la cruel manipulación a la que somete a los protagonistas.

El libro viene avalado por el Premio Literario Escolar de Canadá y el Premio de los Libreros de Quebec. La acertada narración del drama junto con el aval de los premios fue lo que me animó finalmente a recomendar su lectura a mis alumnos y alumnas de catorce años.

Tenía mis temores iniciales pensando que los adolescentes no querrían enfrentarse con un tema tan duro. No fue así y muchos de ellos lo leyeron.

“Qué libro tan triste”, coincidieron todos. “Y a medida que avanzas en su lectura, más triste aun”, recalcaba uno de ellos que había alojado la esperanza de un final distinto. Así y todo la valoración fue unánime: “Nos encantó, nunca habíamos leído un libro como este”.

Y hablaron de muchas cosas más, de cómo habían oído, en alguna ocasión, de forma sesgada y lejana, alguna noticia en el telediario sobre acontecimientos semejantes, pero cuya dureza quedaba diluida en los segundos que duraba el titular. Ahora se habían dado cuenta de lo terrible de aquella situación.

Hablamos del significado de la palabra dilema y organizamos una pequeña tertulia sobre cómo se había enfrentado cada personaje a él.

En fin, gracias a la editorial Nube de Tinta he podido abrir otros caminos de lectura a mis alumnos y alumnas. Ese es el final feliz que, en contrapartida , les ha regalado la novela.

Larry Tremblay es un autor muy reconocido en su país, Canadá,  y que se ha acercado a todos los géneros: narrativa, poesía y teatro. Este último especialmente querido por él, ya que es profesor de teatro en algunas universidades del país. De hecho parece ser que no pudo resistir la tentación de convertir Dos hermanos en obra teatral. Es normal, una tragedia actual que conmueve profundamente.

Alberto Lorenzo Villanueva

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RIALTO, 11. NAUFRAGIO Y PECIOS DE UNA LIBRERÍA

Rialto, 11

Rialto, 11. Naufragio y pecios de una librería.

Autora: Belén Rubiano.

Barcelona: Libros del Asteroide, 2019.

Para situar esta obra en un espacio y en un tiempo, comenzaré diciendo que Belén Rubiano es sevillana, nacida en 1970 y librera de profesión. Ha cursado estudios de psicología, filosofía, cine y fotografía, aunque en su vida sólo la lectura ha sido una constante. Ha colaborado en radio y revistas especializadas y afirma que hasta ahora no ha publicado porque no tenía una historia que contar ni tiempo para escribirla. Rialto, 11 es su primer libro.

Me gusta la sinceridad y el toque de humor que aporta la autora para contarnos una serie de vivencias durante los algo más de cinco años en los que estuvo al frente de su propia librería. Así, en esta autobiografía de temática librera, Rubiano escribe sobre una etapa de su vida en la que decidió hacer realidad su sueño. Las páginas están llenas de reflexiones, experiencias y personajes variopintos, desde reconocidos escritores hasta ladronzuelos de poca monta, que dejan una lectura de sabor agridulce sobre lo que pudo ser y se quedó en el camino. No en vano el subtítulo elegido, Naufragio y pecios de una librería, nos adelanta el final de esta historia.

A modo de anécdota, el comentario hecho por la entonces consejera de cultura en la Junta de Andalucía, presente en la inauguración, en la capital hispalense, de una tienda perteneciente a una famosa cadena de librerías cuando dijo: “A partir de ahora, los sevillanos no tendrán que coger el AVE para ir a Madrid a comprar libros”.  Belén, invitada también a dicho acto, en un momento en el que su librería apenas subsistía, se dio la vuelta y abandonó el mismo.

Quiero pensar que si estas palabras hubieran sido pronunciadas en la pequeña librería protagonista de esta historia el día que abrió sus puertas, puede que el desenlace de esta obra hubiera sido otro.

Por mi parte, desde el primer minuto de la lectura me he sentido vinculada a su autora, quizás por compartir año de nacimiento o quizás porque si algún día yo llego a publicar un texto, creo que me serviré de un estilo similar, tan directo como irónico, para plasmar un hecho real.

M. Dolores Pérez Lema

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LAS VISITAS DE NANI Y NUESTRAS ABUELAS

Las visitas de Nani Emma

Esta semana, mi abuela habría cumplido 110 años. Se sentía absurdamente orgullosa de haber nacido el 11/11/11 y lo contaba mil veces a todo el mundo, como un sortilegio o un conjuro, como si considerase que ese dato la convertía en una especie de “elegida”.

Fue mi gran narradora, la mejor. Mezclaba cuentos de hadas con romances cantados, como “Un sevillán sevillano/ siete hijas le dio Dios…. Pero sobre todo me contaba historias de su vida: de su infancia (“Cuando era niña, cuidaba los caballos de mi padre en el monte…”), de la guerra y la posguerra…

“Tu bisabuela Paula era una joven vasca con un futuro prometedor, que lo abandonó todo para venirse a Asturias con un empleado de la RENFE. Pero el amor la dejó viuda con 34 años y ocho hijos. Cuentan los que vivían cerca de su casa, al lado del cementerio, que jamás vieron ni oyeron una lágrima: su alegría, un guiso de patatas y una botella de vino para todos convertían a la familia en una troupe de artistas que cantaban, daban palmas y bailaban sobre las mesas. “Hoy toca fiesta en casa de la Paula”, dicen que decían. Allí sólo se hacía el silencio algunas madrugadas, cuando se oían los disparos de un fusilamiento entre las tumbas. Paula sabía entonces que había alimento nuevo para la fosa y ella, que no era creyente, hacía la señal de la cruz como muestra de respeto y prohibía a sus hijos jugar esa mañana.”

“A tu abuelo, lo metieron preso durante 8 meses por guardar en casa la bombona de butano del vecino, de Paco.  Dijeron que era comunista. Después de aquello, Paco desapareció; nunca volvimos a verlo ni supimos nada de él…”

Recordarla estos días ha sido inevitable.

Una de mis formas de hacerlo ha sido llevar al aula de Literatura Universal Las visitas de Nani, leer fragmentos de este delicioso libro que cuenta la vida y los viajes de una mujer procedente de una zona de la India que hoy pertenece a Pakistán,  que atraviesa países y continentes para ver a sus hijos y a sus nietos. Es un libro mágico, alegre, festivo. En cada una de sus visitas  Nani, la abuela viajera, se las ingenia para transmitir los rituales, historias, recetas y rutinas propias de su cultura de origen.  Con Nani viajan  sus maletas cargadas de cuentos, dioses, especias, telas, olores, mantras y sorpresas.

Hablamos luego, mis chicas y yo, de nuestras abuelas; pero antes nos preguntamos por qué “la abuela” no era un personaje habitual en la literatura. Haciendo memoria, solo se nos venía a la cabeza la infeliz abuela de Caperucita, poco más que una excusa para que la niña saliera de casa o mero alimento del lobo. También recordamos a la ogresa-suegra de la Bella Durmiente, capaz de comerse a su nuera y a sus nietos. Yo, que he leído algo más que mis alumnas, rescaté también a la desalmada abuela de la cándida Eréndira y a la madre de Bernarda Alba.

Las abuelas, que tanta ternura despiertan en el imaginario colectivo y que han sido tradicionalmente las primeras narradoras, no parecen haber sido jamás en la Historia de la Literatura protagonistas; solo viejas tontas, locas o malvadas que aparecen esporádicamente en muy pocos relatos.

Se sembró entonces en nuestra clase la idea de un proyecto, el Proyecto Abuela, con tres líneas de actuación:

1º.- Rastreo de abuelas en la Literatura Universal. Análisis del personaje en las obras en las que lo encontremos.

2º.- Historia de nuestras abuelas. Nosotras las convertiremos en protagonistas de libros que, a la manera de Karishma Chugani Nankani, nos transportarán a otros tiempos y a otros lugares.

3º.- Vamos a hablar con abuelas. El contacto con el Centro de Día nos da la posibilidad de invitar al Instituto a mujeres que nos hablen de sus nietos, de la relación con ellos, de lo que sintieron al convertirse en abuelas. Nosotras corresponderemos hablándoles de nuestras abuelas, de la relación con ellas, de lo que sentimos por ellas. No sé lo que saldrá de este intercambio, pero intuyo emociones fuertes.

Y en eso estamos. En eso estoy. Habrá, claro, una segunda parte de esta aventura que empieza, en la que os contaré el resultado de nuestras investigaciones, escrituras y tertulias. De momento, la ilusión, nada más que la ilusión y nada menos que la ilusión.

Abu, te debo una.

(Emma Cabal)

 

 

 

 

 

 

 

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LA BESTIA DEL SEÑOR RACINE

La bestia del señor Racine

La bestia del señor Racine

Tomi Ungerer

Blackie Books

No vamos a descubrir nada diciendo que Tomi Ungerer escribe libros maravillosos. Un paseo por una librería de público infantil o por dicha sección de la biblioteca, o teclear su nombre en Internet, nos llevará rápidamente a esta conclusión. Pero siento que debemos en esta “época oscurecida” dejar constancia de los rayos de luz.

El libro La bestia del señor Racine cuenta la historia de un hombre que recibe la visita de un animal extraordinario, con el que entabla una relación científico-cariñosa, y descubre al final algo sorprendente que a punto está de dejarlo en evidencia ante sus colegas. La edición es muy cuidada, en tapa dura, y con ilustraciones a todo color que fueron las que me decidieron a llevarme el libro a casa. Al ojearlo pensé que había habido algún error de impresión y pensé en tomarme más tiempo para revisarlo y leerlo con mi hijo. Quería ver si advertía el mismo error que yo había notado.

Error no vio ninguno, lo que ocurrió es que descubrimos juntos que las ilustraciones del libro son probablemente su punto fuerte. Este no es un libro con ilustraciones; casi diría yo que es un catálogo de imágenes hilvanadas a través de un leve texto. Si intentamos leer el libro utilizando solo la imagen seremos perfectamente capaces de seguir la tensión dramática de la historia: los primeros dibujos son ilustraciones casi bucólicas, de una vida tranquila y sencilla, en la que paulatinamente se va introduciendo el elemento disonante, que, una vez asimilado, va pidiendo otro. Al principio el uniforme militar en el huerto, luego la bestia extraña, y cuando ya todo nos parece medio normal aparece un pie cortado, personas de ojos rojos, paraguas clavados en la cabeza… La locura que se desata en la imagen recubre al texto y le da su verdadera dimensión. Por ejemplo: el señor Racine, según las palabras, construye una jaula para su bestia; según la ilustración, sierra escobas para fabricar una jaula, lo cual da idea de la jaula, del señor Racine y de la bestia.

El desconcierto es grande: ¿por qué pasan esas cosas tan raras? Yo no sé qué quería el autor, por qué lo hizo así, si hay un hilo que no consigo detectar. Lo que sí sé es que una vez que los chavales se dan cuenta no pueden dejar de mirar. Y hay escenas casi truculentas que me pregunto si hoy día alguien se animaría a dibujar y sobre todo, a publicar sin la firma de un autor tan reputado como éste para avalarlas.

Una bocanada de aire sin contaminar.

Lorena

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ZOÓPTICA

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Zoóptica. ¿Sabes cómo ven los animales?

Guillaume Duprat, texto e ilustraciones

Editorial SM, 2013

“El mundo que tienes ante los ojos no es igual para todos los seres vivos. Algunos animales no pueden ver los colores, otros distinguen más colores que nosotros, otros solo perciben la luz…”

Así empieza la sinopsis que la editorial SM ofrece en la contraportada del libro. Al leerla una segunda vez, soy consciente de que podría ser el inicio de una novela de ciencia ficción, incluso una novela capaz de plantear reflexiones de calado. El caso es que la editorial  española no se sirve de una mera  traducción del francés, ya que no coincide con el texto de la editorial Seuil y acierta de lleno en su propuesta.

Nos encontramos ante un libro de divulgación científica que, sin embargo, trasciende el objetivo inicial: mostrarnos cómo ven 20 animales un paisaje que figura en la penúltima página. La idea tiene una fuerza que traspasa lo meramente informativo ya que, al tiempo que abrimos las pestañas situadas a la altura de los ojos de los distintos animales, comprobamos cómo ven ese paisaje inicial que representa la realidad. La realidad resulta asombrosamente diversa. Un mismo paisaje se convierte en algo panorámico, o nítido, o borroso, o focalizado en algo muy concreto que para la mayoría  pasaría más desapercibido. Se muestra sin colores, o sin nada, o… Cuando abrimos esas pestañas, parece que abrimos nuevas perspectivas, al menos veinte, y vamos siendo conscientes de que en muchos casos y pese al impacto inicial, el mundo animal emplea su lógica a la hora de enfocar la realidad. Lo que para nosotros es incuestionable, sobre todo por ser humanos, para otros resulta absolutamente secundario o intranscendente, como es el caso de la lombriz y su visión. El gesto de algunos alumnos al levantar esa pestaña resultó cómico y, sin embargo, entendieron perfectamente, tras unos segundos, que para la lombriz “eso” era suficiente. Resulta muy curioso comprobar lo que percibe un perro, un gato, un camaleón, una mosca, un caballo, una rana y así hasta veinte.

El libro lo mostré a alumnado de 1º, 2º y 3º de ESO. Triunfó en los tres cursos, si bien las reacciones fueron diferentes: en 1º, la pura sorpresa y el impacto; en 2º, la curiosidad en general y en 3º, aplaudieron al acabar porque, además, fueron capaces de apreciar lo que está bien hecho.

Guillaume Duprat sabe lo que hace y consigue un admirable equilibrio entre lo científico y lo artístico. Las ilustraciones captan la atención con total independencia del texto, dada su calidad. La información es rigurosa pero hábilmente dosificada porque se supone que el libro está pensado para edades entre los 8 y los 10 años. Como siempre, esto resulta algo subjetivo. En este caso, puede ser un ejemplo atractivo para cualquier edad. Basta algo de curiosidad y una actitud abierta a nuevos enfoques, que quizá sirva para la vida en general.

Olga Orviz