Bárbaro
Renato Moriconi
Colección Los especiales de A la orilla del viento
México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2015
Reflexiones iniciales
-¿Leer es decodificar un texto? .
Una habilidad esencial para aprender a leer es decodificar. Decodificar requiere conocer las relaciones entre las letras y los sonidos para poder pronunciar las palabras escritas; pero eso, solo eso, no es leer.
-¿Se puede leer un cuento que no tenga texto, que solo contenga ilustraciones, buenas ilustraciones?
Se puede y se debe.
-¿En qué etapa educativa?
En todas
Reflexiones bárbaras
Bárbaro es un pequeño guerrero montado en su caballo con espada y escudo. Nuestro pequeño guerrero cabalga con su melena al viento protegido por un casco. Nada le detiene, ninguna de las situaciones extraordinarias a las que se va enfrentando: flechas, diablos, serpientes, plantas carnívoras, dragones… nada interrumpe su marcha. El final es inesperado, sorprendente, real y remata el fantástico viaje de nuestro pequeño. Como dicen cuando contamos el cuento: “se le acabó la aventura”.
Quiero contar la magia que ha supuesto “leer” Bárbaro por primera vez en un grupo de niñas y niños de 3 a 7 años. Escribo leer entre comillas por lo que comenté en las reflexiones iniciales.
Siempre digo que todo está en los cuentos y que las historias se unen entre sí. En esta ocasión ha vuelto a suceder.
Digo que hubo magia al leer por primera vez Bárbaro, porque en ese momento todo era nuevo y no podían anticipar qué contenía la nueva doble página, lo que hacía que la atención fuese máxima. Hubo magia porque les hizo recordar una experiencia lectora anterior y también por lo que encontraron después de leerlo y me enseñaron como “un hallazgo”. Pero eso lo contaré mas tarde.
Lo hemos leído muchas veces. Lo han llevado a casa y las niñas y niños vuelven al cuento una y otra vez. Bárbaro es su amigo.
La primera vez que lo leímos yo iba enseñando las dobles páginas mientras ellas y ellos contaban lo que veían. La primera discusión surgió entre quienes decían que luchaba con cada uno de los personajes con los que se encontraba y un niño que se enfadaba y rectificaba diciendo:
-¡No lucha! Solo salta y no le pasa nada.
Al llegar a la página en la que se enfrenta a los cíclopes, surgió el primer momento mágico. El curso pasado leímos la leyenda de Polifemo, dentro del trabajo del tema general “Los ojos”, inspirado ¡cómo no! por otro álbum que encontré en “nuestro mágico Bosque de lecturas”. Como Ulises, llegamos a una playa: la playa de Perlora. Allí pintamos una madera con forma de ojo y dramatizamos la leyenda.
Bajamos el ojo a la playa y dibujamos en la arena la cara de Polifemo.
Con su pelo de ocle, allí la dejamos hasta que el mar la borrase.
No estaba preparado, ni pensado, ni intencionadamente recordamos esta actividad, pero al “leer” Bárbaro llegamos a la página en la que se enfrenta con los cíclopes y con toda normalidad dijeron que esos eran “los otros cíclopes” porque “a uno lo dejaron ciego”. Aunque no recordaban el nombre, si recordaban la leyenda, y “leyeron” que Polifemo no podría pelear con nuestro guerrero porque no podía verlo.
Los comentarios de cada una de las situaciones, la necesidad de fijarse en todo los detalles, el observar que nuestro guerrero está siempre con los ojos cerrados cabalgando en su caballo hasta que llega a “la nada” como alguien dijo cuando encontramos tres páginas en blanco; notar cómo cambia la expresión del protagonista, anticipar por qué cambia, sorprenderse con el final… todo eso es leer. A veces tenemos que volver a “leer” lo ya “leído” y lo hacemos de forma diferente o completamos la interpretación anterior. Esta vez no dicen que es un cuento que hay que inventarse porque no tiene texto. Esta vez me explican: “es como una película”. Y es que Bárbaro podría ser un zootropo o, como dice su autor en la entrevista que podéis leer en el enlace inferior, “como un tiempo de dibujos animados” en el que su formato estrecho y alargado permite ver el caballo arriba y luego abajo, acentuando así el movimiento. En la entrevista también se puede leer la biografía del autor.
https://www.fundacionlafuente.cl/entrevista-a-renato-moriconi-ilustrador/
Después de leer el cuento llegó la hora de los “juegos” y el siguiente momento mágico no se hizo esperar. Un niño me trae un caballo de juguete y me dice:
–Mira, Mirta: como el caballo de Bárbaro.
Como siempre o casi siempre, la magia la traen los cuentos. Puede que un zootropo o algo parecido también se materialice en nuestra escuela gracias a la magia de Bárbaro y a su caballo que -nadie sabe cómo- del cuento se escapó.
Mirta
En este enlace está contado el cuento con las ilustraciones en movimiento.
https://www.youtube.com/watch?v=U9boJh_ra6k
Y en este otro enlace cuentan el cuento en portugués.
https://www.youtube.com/watch?v=wlHC8XioPAw