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UNA LOBA PARA UN HECHIZO

Una loba para un hechizo

Autoría: Karah Sutton

Ilustrado por Pauliina Hannuniemi

Errata naturae, 2023

“¿Te han obligado a venir o has venido por tu propio pie?” Es la pregunta que la bruja Baba Yaga hace a toda aquella persona que se acerca a su casa para pedirle un favor donde medie su magia.

Si tú, lector o lectora, has llegado por tu propio pie a este libro, no tengas la mínima duda de que la magia de esta historia te envolverá.

Una loba para un hechizo es un bonito cuento popular que Karah Sutton ha convertido en una extensa novela, ampliando detalles y desarrollando tramas y personajes, para lograr una entretenidísima historia de valentía, solidaridad, justicia y amor a la Naturaleza.

El libro se divide en 50 capítulos, pero el ritmo de la lectura tiene dos tiempos clave. El primero, en el que se presentan todos los cabos sueltos de la trama y el segundo, en el que se van atando vertiginosamente. El efecto que se logra es el esperado. La novela te atrapa desde el principio y te engancha hasta el final, cuando estás deseando resolver todos los interrogantes del inicio. ¿Es Baba Yaga una bruja malvada? ¿Por qué la rehúyen los aldeanos? ¿Por qué la evitan hasta los lobos? Y los lobos, ¿por qué odian a los humanos? ¿Por qué Zima, la loba de la manada, estuvo a punto de tirarse a la yugular de la inocente Nadya? ¿Y quién es Nadya, esa niña huérfana que deambula sola por el bosque lleno de peligros? ¿Y por qué Katerina, su mejor amiga, ha sido elegida para ser la esposa del Zar? ¿Y por qué se cruzan los caminos de Zima, Nadya y Baba Yaga?

Atrayentes enigmas bien encadenados, personajes de narraciones y leyendas populares, pero con tintes humanos que los hace más interesantes y nos invitan a empatizar con ellos…todos los ingredientes perfectos para internarse en el mundo mágico de los cuentos.

Confiesa la autora que ha tenido la suerte de investigar su ascendencia rusa y polaca y de conocer bien los relatos populares de este país, lo que, en parte, está en la base de Una loba para un hechizo. Por eso explica que Babas Yagas hay muchas, pero ella ha querido personalizar la suya. Una bruja de contrastes, mágica pero de sentimientos humanos, dubitativa e insegura a veces. Una bruja que viaja en una taza voladora, habita una casa viva con patas y tiene un cuervo como consejero y acompañante. Una bruja que, a pesar de sus poderes, se comporta ingenuamente y es engañada, que comete errores como el que va a tener que enmendar en esta historia. De ella depende la seguridad del bosque, del que más que bruja, es guardiana.

Al final del libro, Karah Sutton también nos desvela el porqué del retrato positivo que hace de los lobos, materializado en la figura de Zima, una loba inteligente y bondadosa, que nada tiene que ver con el lobo feroz de tantas leyendas.

El libro contiene ilustraciones que animan la lectura y nos ayudan a saciar la curiosidad de lo que leemos. Son preciosos dibujos, que, aunque en blanco y negro, nos permiten situarnos mejor en el contexto de la historia, en su época y en sus numerosos escenarios. La ilustradora es Pauliina Hannuniemi que, sobre todo, ha acertado al dibujar el rostro de Baba Yaga, que coincide con la intención de la escritora. De hecho, la misma Sutton confiesa que no dudó en encomendarle este proyecto nada más que conoció sus dibujos.

Una loba para un hechizo ha recibido numerosos premios entre los que cabe destacar el de mejor libro juvenil de 2021, según el Bank Street College. Recomendado también por Canal lector, es un libro ideal para chicos y chicas desde 12 a todas las edades. Una novela que ofrece muchas posibilidades para su disfrute y para su análisis. Solo hay que tirar del hilo de cualquiera de sus protagonistas y nos sorprenderemos de que es un hilo casi universal, sin principio ni fin: el hilo de la fantasía que nos une a todos.

Alberto Lorenzo Villanueva

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¿AÚN CREEMOS EN LAS HADAS?

El misterio de las hadas.

Arthur Conan Doyle

Jacobo Olañeta ed., 2017

EL MISTERIO DE COTTINGLEY

En 1917 Arthur Conan Doyle, padre de Sherlock Holmes, escribió otro libro menos conocido pero que le llevó meses de investigación y se convirtió en una obsesión para él: El misterio de las hadas. Poco tiempo antes habían llegado a sus manos las fotografías de dos niñas rodeadas de pequeños seres alados. En una sociedad interesada por lo paranormal, aquel suceso montó bastante revuelo y muchos se acercaron, como Doyle, al pueblo de Cottingley para ver si las hadas existían.

¿ Qué pasaría si mañana llegaras al aula o te acercaras a tu hija y le preguntaras si las hadas existen? He de reconocer que a mí me costó hacer esta pregunta en clase. Hacerla en serio. Cuando el año pasado en junio mi alumnado votó el proyecto que serviría como hilo conductor en este curso y salió por mayoría las hadas sentí cierto desasosiego. Es habitual leer que hoy día la narrativa de siglos pasados no llega a la infancia, que si no aparecen móviles y chascarrillos en su jerga, pierden la atención y el interés. Además, ese inevitable sexismo que llevamos incrustado me hizo pensar que quizás a los niños varones del aula no les haría mucha gracia pasarse el curso dibujando, investigando o leyendo sobre pequeños seres rodeados de flores. Me imaginaba con mis tarjetas de Cicely Barker sola, en medio del aula, sacudiéndolas para llamar su atención.

Pero lo cierto es que somos los adultos los que ya no creemos en las hadas. Criticamos que la infancia ya no tiene interés, que solo quieren ver pantallas y premios rápidos y vacíos. Y como solución ofrecemos el Class Dojo en un inmaduro “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Pero, ¿hemos intentado otra cosa? ¿Hemos comprobado si de verdad son ellos los que exigen una fast Education o es que nos resulta más cómoda a nosotros?

¿Cuánto hace que no llevas un cuento de hadas al aula?

Al final me armé de valor y cuando el 14 de setiembre entraron en el aula se encontraron con varias fotos de una mujer en blanco y negro y un cartel que ponía “El misterio de Cottingley”. Esas eran las dos primeras pistas. En días posteriores se llevaron más palabras clave a casa para comenzar a tirar de un hilo, un hilo invisible y mágico. Pronto sabrían lo que ocurrió en aquel pueblo inglés, tras la primera guerra mundial, y espontáneamente surgió el debate: ¿las hadas existen?

Algunos estaban convencidos de que la versión oficial del fotomontaje es la verdadera, otros prefirieron creer que alguna de esas hadas era real. Pronto aparecieron hipótesis que fuimos anotando. Aún no habíamos abierto un libro, pero ya sabíamos quiénes eran Arthur Conan Doyle y Cicely Barker.

Luego solo tuvimos que empezar a leer. Los buenos proyectos están vivos, pero hay que saber escucharlos. Pudo haber sido cosa de un día, o una semana, pero de momento las hadas han llenado la clase y nadie quiere que salgan.

Comenzamos con la Enciclopedia Las Hadas de Sebastien Perez, editada por Edelvives. Al principio pensé que era una propuesta bastante comercial y que resultaría previsible, pero lo cierto es que está escrita con mimo y que es ideal como lectura o propuesta inicial, ya que está llena de referencias mitológicas y literarias, por lo que nos invita a ir tirando de ese hilo invisible y nos genera ganas de leer más y más y de crear en torno a lo que nos muestra. Todo el alumnado espera impaciente descubrir el secreto del niño que protagoniza la historia marco y con la lectura de cada página, que hacemos a última hora, justo antes de irnos para casa, surgen incontables inquietudes y ganas de hacer: mobiliariario para hadas, investigar sobre las parkas, debatir sobre los celos… el currículum nos corta las alas, pero tan solo necesitaríamos la lectura de este libro para llenar las 5 horas diarias con actividades que ellos mismos proponen.

Pero aunque el currículum nos quiera meter en vereda -y es cierto que no podemos olvidar los objetivos y los saberes que tenemos que lograr- siempre encontramos la manera, todas las semanas, de dejar que la magia de las hadas nos enseñe lo que es la simetría o los centímetros, en matemáticas, o nos ayude a aprender a decodificar, en lengua, a hacer un autorretrato, en plástica, o una investigación con Google Lens sobre las flores de la zona, en conocimiento del medio.

Junto a este libro vamos intercalando otros: Historia Natural de las Hadas (Emily Hawkins), Imelda y el Rey de los Duendes (Briony May Smith), La Bella Durmiente, Rincones Secretos de las Hadas Flores (Cicely Barker), La pequeña brujita Hazel (Phoebe Wahl), etc. También tenemos siempre cerca la caja de postales “Flower Fairies. One hundred Postcards”, que nos sirve tanto de abecedario para jugar como de revulsivo para la investigación botánica.

El viernes pasado, nada más entrar en el aula, una niña a la que le costó adquirir la lectoescritura preguntó con urgencia: “¿Cuándo vamos a seguir con el cuento?”. Luego supe que se había pasado la tarde anterior dando vueltas al story board del cuento que tienen que hacer como tarea de lengua este mes. Lo que empezó como un proyecto tímido en el que yo, que ya no creía en las hadas, no tenía muchas esperanzas, se ha convertido en un universo que se va comiendo las paredes y rincones del aula con plantas, tarjetas, hadas casi transparentes, dibujos, cuentos y bellotas que esperan convertirse en utensilios para esos pequeños seres.

No se si será algún polvo mágico o si simplemente han sido ellos, mi alumnado, los que me han demostrado que, en las aulas, las hadas todavía existen.

Noemi

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WANGARI Y LOS ÁRBOLES DE LA PAZ

WANGARI y los árboles de la paz

Autora : Jeanette Winter

Ediciones Ekaré .

Primera Edición año 2009

“Wangari vive bajo los árboles, a la sombra del Monte Kenia”.

Así comienza este libro impregnado en compromiso y superación, donde se nos cuenta la historia basada en hechos reales de la protagonista, Wangari Maathai.

A través de la lectura, la autora nos traslada  a  revivir la infancia de Wangari en su país natal: cómo ha sido esa primera etapa de su vida y cómo, al paso de los años, su amada Kenia se ha transformado en un lugar devastado.

Pero, lejos de mantenerse impasible ante la situación, Wangari comienza a crear un proyecto de lucha junto con otras mujeres, con el objetivo de devolver a Kenia su hábitat natural. No será fácil. Sufrirá por ello, pero el fin habrá valido la pena.

Las ilustraciones, al igual que la historia, gozan de una delicadeza extraordinaria en cuanto a las texturas, contraste en los colores y figuras sencillas de interpretar.

La autora de este  libro  álbum  ilustrado  es  Jeanette Winter, nacida en 1939 en el seno de una familia Sueca que emigró a los Estados Unidos. Fue su tío abuelo el que le transmitió el amor por la pintura, lo que la llevó a estudiar en el Art Institute de Chicago y a convertirse en una de las autoras de álbumes documentales para niños más reconocida en todo el mundo.

Wangari Maathai nació en una aldea de Kenia y, gracias a su esfuerzo y tesón, logró ser la primera mujer africana en obtener un doctorado en Ciencias Biológicas.

Wangari comenzó con el movimiento verde en Kenia en 1977 y consiguió no sólo un repoblamiento de millones de árboles en su país, sino que muchísimas familias obtuvieran ingresos para una vida más próspera.

Wangari Maathai fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2004. Todo un ejemplo para hombres y mujeres.

Noelia L. A.

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MIRA HAMLET

Mira Hamlet

Autoría: Barbro Lindgren, Anna Höglund (il.)

Editorial: Thule Ediciones

Edición: 1ª (marzo 2019)

La relación con los libros es la misma que con las personas: a veces te aproximas a ellos porque son buenos amigos de tus amigos y te los presentan, a veces los conoces por oír hablar de ellos en tus círculos sociales, a veces te los encuentras por casualidad o en una cita a ciegas. Hay algunos de tu juventud que no olvidas nunca y a los que vuelves de vez en cuando; otros, te resultan totalmente indiferentes; con algunos no hay “química” ninguna por mucho que te empeñes o, aunque reconozcas que sí, que podrían ser perfectos para ti, sabes que no han llegado en el momento adecuado;  a algunos, unos pocos, los amas, lentamente,  o como si  fueran “un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”.[1]

                  No sé muy bien por qué he escrito esto si lo único que yo pretendía decir es que con Mira Hamlet viví un auténtico flechazo. Lo quise nada más verlo y, en cuanto lo leí, , escribí en mi muro de Facebook: “Absolutamente genial, divertidísimo, superaprovechable en clase. Genial, genial”. Me enamoraron ese conejo siempre triste de orejas gachas y el resto de personajes, el humor y la ironía del escasísimo texto y las ilustraciones de BARBRÖ LINDGREN y ANNA HÖGLUND. Me enamoró todo.

                  Se lo enseñé a varios compañeros del Instituto y la opinión fue unánime: “bueno, bien, pero es tan infantil…” ¿Infantil? ¡Ay, dios! Yo estaba convencida de que no lo era, todo lo contrario. Para poder reírte con una parodia, tienes, necesariamente, que conocer el elemento parodiado. ¿Donde está, si no, la gracia? Y ningún niño pequeño ha leído Hamlet.

                  El caso es que lo arrinconé, en parte desmoralizada por las opiniones negativas y en parte porque no encontraba el alumnado que pudiera valorarlo.

                  Pero la ocasión llegó cuando por fin pude impartir la materia de Literatura Universal, con un grupo de chicas (todas chicas) maravillosas. Leímos en clase Hamlet y Romeo y Julieta. Les enseñe luego Mira Hamlet y se rieron a carcajadas, les encantó. Así que nos propusimos hacer un “Mira Romeo y Julieta” en clave audiovisual, una lectura rápida de la obra de  Shakespeare, un cortometraje con un texto en off similar al de este primer “Mira”, y con varios guiños incluso a La guerra de las galaxias. El resultado final no hace justicia a lo bien que lo pasamos preparando la grabación, pero quedó algo muy decente, aun en año de pandemia:

Este año, Mira La Ilíada en cómic. Y a seguir disfrutando con mi trabajo.

Emma Cabal.


[1]       Julio Cortázar.

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UN PAR DE OJOS NUEVOS

Un par de ojos nuevos

Ellen Duthie

Javier Sáez Castán y Manuel Marsol (ilustradores)

Wonder Ponder

Un par de ojos nuevos es un álbum que nos narra la historia de Vinayaki y sus amigos. Desde el minuto uno, nos enamoramos de cada personaje y sus emociones las hacemos nuestras. Propongo representarla, como estamos haciendo con otro cuento, y comienza la elección del personaje:

– ¡Yo quiero ser Gordon, yo Vinayaki…! Todas y todos, incluso unas ex-alumnas que nos visitaron el día que comenzamos la lectura del álbum, tenían un peluche o muñeco estropeado, y en algunos casos contaban que los cosían y arreglaban:

 – Mi mamá tiene un oso de cuando era pequeña que le falta un ojo …

 – En casa de la abuela arreglamos peluches y muñecos estropeados y les metemos relleno -cuentan las invitadas que escuchan la lectura con atención.

Yo les cuento que tengo un oso grande que era de mi hijo mayor y que lo traeré a clase para ver cómo podemos arreglarlo. Como veis, al comienzo de la lectura tenemos que interrumpirla varias veces por la necesidad que tienen de contar sus vivencias. No leo el cuento entero, solamente los dos primeros actos, porque la historia, como obra de teatro en potencia, está narrada en siete actos. En el acto tercero, la onomatopeya del título (POM pom pom ) nos hace parar la lectura y ensayamos cómo decirlo, cómo leerlo, teniendo en cuenta que el primer POM  está en mayúsculas  y los otros dos en minúsculas. No se cansan de repetir los tres golpes con el tono adecuado, grabamos audios para luego oírlos. En este acto aparecen tres personajes más, a cuál más divertido, así como un momento de alboroto, con onomatopeyas incluidas, que les encanta, Repetimos la palabra ONOMATOPEYA, la explicamos y buscamos ejemplos además de los que aparecen en la lectura. Formamos la palabra “onomatopeya” con letras de cartón, contamos cuántas letras tiene, las deletreamos y, como hacemos siempre, buscamos en ella palabras escondidas. La caja de onomatopeyas se hace necesaria y se irá llenando inicialmente con las que aparezcan en este álbum.

El día que retomamos la lectura , recordamos lo que habíamos leído y vemos, mejor dicho escuchamos, que otra onomatopeya da entrada al acto cuarto  y alguna más aparece para hacer sonar el piano y la trompa de Vinayaki cuando barrita. Al compás de los latidos de su corazón, Vinayaki se hace mil preguntas en su sueño, preguntas que quedarán resueltas en el sexto acto en el que la transformación se produce para ella y su amiga Harriet. En el último acto, Vinayaki abre sus ojos nuevos y sus miedos desaparecen ¡sigue siendo ella!

Es un libro emotivo, cercano a las vivencias de todas las personas que lo escuchamos y que ha puesto en marcha diferentes proyectos y actividades. Las ilustraciones trasmiten todo lo que el álbum quiere – la ternura y cercanía de los personajes, por ejemplo -con miles de detalles que nos ayudan a vivir cada uno de los momentos de la narración. Ellen Duthie nos propone adivinar qué personajes dibuja cada ilustrador, ya que dos se reparten la tarea, Javier Sáez Castán y Manuel Marsol. Será una tarea difícil, pero observaremos dibujos de cada uno de ellos, volveremos a leer algún cuento que tenemos ilustrado por estos artistas y lo intentaremos. Los ojos es un tema recurrente en nuestra escuela y a partir de la lectura de este álbum lo vamos a retomar. Haremos ojos con objetos, con diferentes tipos de tejido, ojos que podemos usar para posibles arreglos de peluches o muñecos estropeados o para ponérselos a reproducciones de muñecos en cartón -al igual que la doctora que arregla a Vinayaki debemos colocar los ojos alineados y en el lugar topológicamente adecuado, para formar la cara del muñeco que queremos arreglar. Y finalmente el proyecto estrella será grabar una nueva película, estamos terminando la primera de un detective que toca la guitarra. En nuestra segunda película, Vinayaki visitará nuestra escuela. Ya tiene su par de ojos nuevos, pero necesita unas gafas para protegerse del sol y le contaron que en nuestra escuela tenemos muchos modelos de gafas. Nos contará su historia – representación de los siete actos del cuento – y veremos qué modelo de gafas elige. Aún no tenemos título, sí hay candidatas y candidatos para los personajes y la historia nos emociona.

 En breve en nuestra escuela se escuchará – Silencio, se rueda.  Próximamente anunciaremos el estreno.

Mirta

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LA CANCIÓN DEL CUCO

La canción del cuco

Frances Hardinge

Bambú

Me llevé una alegría cuando descubrí que este libro, de la premiadísima escritora Frances Hardinge, no era posterior sino previo a El árbol de las mentiras, obra sobre la que ya habíamos hablado en este grupo. La alegría se debe a que este libro es francamente deslumbrante en cuanto a imaginación. Presenta un personaje protagonista muy, muy llamativo, lleno de ganas de vivir, afrontando sus miedos, sus necesidades, su soledad y su necesidad de cariño. Las relaciones familiares turbias, que ya conocimos en El árbol, vuelven a ser centro focal, pero con situaciones y sentimientos nuevos, distintos. Hay personajes secundarios y subtemas muy interesantes, casi líricos, como la nieve de una batalla detenida en el tiempo. Pero le veo un evidente problema de ritmo. Si con la lectura por parte del público adolescente de El árbol ya había llegado a la conclusión de que les cuesta enganchar con la novela pues tarda en arrancar y la mayoría de los lectores se rinden antes, con este libro el problema se agrava. Hay un excesivo detenimiento en elementos que no aportan demasiado, sino que sirven a una ambientación a la que la autora dedica demasiado espacio y, francamente, demasiado respeto. Es como si temiera meter la pata y mencionar un elemento anacrónico que, la verdad, a lectores como yo nos iba a pasar totalmente desapercibido. De ahí mi alegría al ver que es anterior a la otra obra, donde se desliga de esa preocupación, es más libre y puede invertir tiempo de narración en lo verdaderamente interesante.

Dicho de otra forma, este título es una experiencia original y maravillosa, con criaturas nuevas  desbordantes; pero, si me dejaran una tijera (guiño, guiño), alguna página desaparecería sin que se viera afectada la creación de esta nueva chica, Trista, que ya se queda conmigo en mi imaginario.

Lorena

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DEMETER

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Demeter: Cuaderno de Bitácora

Ana Juan

Edicions De Ponent (descatalogado)/ Edelvives. Colección Contempla 2015

El argumento es muy sencillo: la autora e ilustradora selecciona unas páginas de la novela Drácula de Bram Stoker, concretamente las relativas al cuaderno de bitácora del capitán del barco Demeter, de ese capitán que desconoce que en sus bodegas viaja el ataúd de Drácula junto con otras cajas llenas de tierra procedentes de la misma Transilvania. La ruta que emprenden se inicia en la ciudad rumana de Varna y finaliza con el naufragio de la nave en el puerto británico de Whitby. La travesía del malogrado bergantín dura exactamente un mes, desde el 6 de julio al 6 de agosto de 1897. Embarca una tripulación constituida por nueve personas y a lo largo de esos interminables treinta días, sin ninguna justificación racional posible, los tripulantes van despareciendo de forma paulatina pero inexorable.

El gran acierto en cuanto a la construcción del relato es el tratamiento y dosificación de la información. Gracias a los espléndidos dibujos de Ana Juan, a ese magistral tratamiento del blanco y negro y del manejo de las sombras, los lectores sabemos más que el propio capitán y que los desasosegados marineros, quienes intuyen más que comprenden que están viviendo una estremecedora pesadilla de fatal desenlace. Todo ello logra una implicación total del lector que vive en primera persona lo que sucede y lo que sabe que va a suceder.

Demeter recibió el Premio Libro castellano mejor editado 2007 de la Conselleria de Cultura i Esport de la Generalitat Valenciana 2008.

Además, Ana Juan ha sido reconocida con el Premio Nacional de Ilustración 2010.

En cuanto al libro dentro del aula, proporciona la enorme satisfacción de haber compartido una experiencia lectora intensa. Descubrí esta maravilla en 2010 y, desde entonces, se ha vuelto uno de mis imprescindibles. Para aquellos nostálgicos de sentir que tienen la sartén por el mango en la clase, Demeter es su libro; para aquellos que, si bien no padecen de tecnofobia, crecieron con y entre el papel, Demeter es su libro; para aquellos que continúan teniendo una fe ciega en las posibilidades artísticas del libro y de sus propios trucos y recursos, Demeter les permitirá desplegar esas artes frente a unos alumnos que sucumbirán a lo desconocido, a lo artesanal, a lo sugerente, a la excelencia, incluso a lo sobrenatural. No se necesitan sonidos, no se precisan pantallas, ni brillos ni colores. Basta con apagar los fluorescentes, basta con sentarlos a todos apiñados en primera fila, basta con sostener el libro entre tus manos y el resto llega solo. Desde la portada, pasando por las guardas en las que se recrea la ruta que deja un rastro de sangre, hasta las imprescindibles páginas de papel cebolla, todos los elementos logran que, antes de leer la primera línea, estemos todos en Transilvania y tengamos muchas ganas de pasar miedo. Resulta impagable observar cómo van captando el mundo de las sugerencias, cómo no pierden detalle, cómo lo miran todo y cómo desean y temen pasar las páginas. Si, además, tu gesto se vuelve grave y tu voz adquiere ciertos matices de suspense, la atmósfera acompaña a la lectura, llevándonos al fatídico desenlace. Y cuando parecía que ya todo había terminado, aún nos aguarda la última noticia de la prensa de entonces, provocando un reguero de puntos suspensivos en el ánimo. ¿Lo mejor? Cuando se muestran las últimas láminas de papel cebolla y me fijo que uno de ellos se ha cubierto la cara con las manos y mira a través de las rendijas de sus dedos.

Olga Orviz

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PARCO

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Parco

Alex Nogués y Guridi

Akiara Books, 2018

Si desplegamos las cubiertas de este libro ilustrado y lo ponemos en vertical, descubriremos al protagonista de la historia: Parco, un simpático muertito de apariencia esquelética al que han despertado de su descanso eterno debido a un ruido festivo de risas, brindis y mariachis. Sin soportarlo más, decide abandonar su tumba para poner orden y silencio. Y ya, forzosamente resucitado, vuelve a encontrarse con su perro, sus hijos y su mujer, casi sin quererlo. Un regreso lleno de humor y amor.

Dice Alex Nogués, el escritor de esta bonita historia, que, cuando Guridi, el ilustrador, le pidió que escribiera un cuento alegre sobre la muerte, enseguida tuvo claro que estaría ambientada en México, país que celebra este hecho de forma festiva. Ello y el recuerdo de la vivencia del fallecimiento de su padre fueron los elementos que conjugó para alumbrar a Parco.

Guridi, por su parte, da vida a los personajes y escenarios a través de sus dibujos de trazos gruesos y expresionistas, con pocos colores, entre los que predominan fundamentalmente el blanco y el negro.

A la narración y al dibujo se les une una frase recurrente que, a modo de estribillo, se va intercalando en el texto: “Descanse en paz”, elemento repetitivo que invita a una lectura en voz alta y colectiva.

El libro se abre con una breve semblanza de sus creadores y se cierra con una particular Guía de lectura, elaborada por Nogués, que no tiene desperdicio: breves reflexiones sobre el sentido de la vida y de la muerte, testimonios sobre la elaboración del libro, pequeñas informaciones sobre las celebraciones mexicanas del Día de los Difuntos y hasta una definición de lo que son las calaveritas, pero no las de azúcar y chocolate, sino los breves poemas a modo de epitafios con los que los mexicanos homenajean a una persona muerta.

Tantos ingrediente y tan variados convierten a Parco en una lectura para todas las edades y para múltiples y sugerentes actividades:

  • Podemos empezar con una lectura en voz alta en la que pidamos a nuestro auditorio que repita el estribillo, todos a una, como un coro de tragedia griega, o mejor aún, de tragicomedia mexicana.
  • Aprovechando el “Descanse en paz”, habría que investigar su procedencia de las siglas “R.I.P.”
  • Sería interesante continuar con la interpretación del título.
  • Daría mucho juego plantear la escritura de calaveritas mexicanas, a partir de la explicación que se proporciona en la Guía de lectura.
  • Además, Parco puede ser un buen pretexto para rastrear el tema de la muerte y de los personajes muertos en muchas más obras: desde las medievales Danzas de la Muerte hasta La Cocinera cadáver de Ledicia Costas, pasando por el Tenorio, por ejemplo.
  • ¿Y por qué no contar la vida de Parco cuando aún estaba vivo, acompañando nuestra narración con ilustraciones al modo de las que dibuja Guridi?

Y si lo único que nos apetece es disfrutar sencillamente de su lectura… ¡disfrutémosla ahora que estamos vivos!

Alberto Lorenzo Villanueva

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PPRRRRRIIIT: el libro de los sonidos

PPRRRRRIIIT: el libro de los sonidos. Un viaje sonoro para crear y experimentar

Cristina Cubells y Joana Casals

Zahorí Books, 2022

“Nada hay en la mente que no haya entrado antes por los sentidos” Aristóteles

Está demostrado científicamente que escuchar sonidos agradables ayuda a regular nuestras emociones y puede ser beneficioso terapéuticamente. Escuchar es la antesala de hablar y lograr una buena discriminación auditiva nos prepara para afrontar la lectoescritura. Con todas estas premisas este trimestre nos lanzamos a escuchar atentamente los sonidos que nos rodean, naturales y artificiales. Resulta sorprendente observar cómo, una vez educado este sentido, pequeños que no llegan a los 6 años son capaces de disfrutar con el sonido de una tijera cortando tela o describen a la perfección por qué un sonido les resulta desagradable o placentero.

Habitando una escuela rural no hay sonido que más nos acompañe en el día a día que el canto de los pájaros que vienen a visitarnos cada mañana: raitanes, cuervos, gorriones… se posan en nuestras casitas de madera colgadas de los árboles y nos acompañan con sus cantos.

Enseguida los pequeños hacen el silencio para escucharlos e incluso alguno es capaz de diferenciarlos.

Así que cuando llegó al aula Pprrrrriiit: el libro de los sonidos, de Zahorí Books, el triunfo estaba asegurado. Un álbum que nos invita a transitar paisajes sonoros y a escuchar y diferenciar distintos sonidos.

Una propuesta diferente para un informativo que cuida las ilustraciones, conjugando de una manera muy acertada vista y oído.

En nuestra pequeña comunidad de “oyentes ansiosos” hubo aplausos, risas, caras de disgusto, asco e incluso algo de miedo con algún sonido. Y sobre todo hubo mucha, mucha creatividad.

¿Y si nos atrevemos, como hace el álbum, a dibujar nuestro sonido favorito? Así encontramos lugares comunes, como el mar y una noche de tormenta, y otros sorprendentes -¡ay, la mente infantil y sus entresijos!- cómo el ronquido de papá -la afectividad del que está presente, aunque sea roncando- o un cerdo gruñendo mientras hace surf.

Si os apetece probar, os invito a cerrar los ojos, concentrarse y dejarse llevar (a las maestras os recomiendo que los ojos queden entreabiertos).

Ana Nafría

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MANZANAS ROJAS

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Manzanas rojas

Luis Matilla

Ilustraciones de Federico Delicado

Editorial Anaya

Manzanas rojas es una obra de teatro breve dirigida a alumnos de secundaria por su temática compleja, aunque el argumento es simple. Dos niños son amigos pero viven en contextos diferentes, a pesar de encontrarse en un mismo territorio en guerra: uno vive en la parte pobre y otro en la parte rica. Cada familia representa las ideas de cada uno de los territorios enfrentados y los niños tienen una amistad ajena al conflicto. Ellos solo saben que se divierten juntos y su relación no se ve enturbiada por la situación política.

La obra se ubica en un contexto real: la guerra entre Palestina e Israel. Se trata de una zona fronteriza afectada todo el tiempo por en conflicto bélico. Los niños normalizan el ruido de las bombas, aprenden a huir de los soldados armados que constantemente amenazan su integridad física y conviven a pesar de los requerimientos de su familia de alejarse el uno del otro. Su separación real se produce cuando algo físico los aísla e impide que puedan estar juntos.

La información sobre lo que están pasando los personajes es muy breve y a veces simplemente se intuye con algún elemento que surge en segundo plano. Por eso, antes de empezar tienen un listado con la descripción de los personajes, la imagen de cada uno de ellos, el decorado, la música y la iluminación. Además, al final del libro hay un apartado de acotaciones de cada escena que permiten saber cómo debe actuar el personaje y unas sugerencias de lectura e interpretación.

La obra nos permite hablar de muchos temas de actualidad y, además, al ser tan breve, podemos leerlo en voz alta en clase. Cada alumno puede convertirse en uno de los personajes, lo que les hace mucha ilusión. Muchas veces el problema es no satisfacer a todos por falta de personajes, aunque se intenta solucionar haciendo turnos. Y el leerlo en voz alta hace que la entonación cambie completamente. En una obra de teatro no podemos leer como si fuera un texto, debemos interpretar a los personajes y esto les cuesta muchísimo. Hay alumnado que tiene facilidad para darle una entonación diferente, otros no son capaces y leen como si fuera un texto narrativo, pero escucharse en voz alta les ayuda a trabajar esos aspectos.

Manzanas rojas les permite reflexionar sobre temas que no se habían planteado nunca porque no están en una situación similar a los protagonistas. Les hace abrir sus ideas y ser más partícipes de lo que ocurre a miles de kilómetros de su casa. La situación de los protagonistas les sirve para pensar que hay personas que se encuentran en peligro, que viven con miedo y que carecen de todas las comodidades que tienen ellos. Además, hay elementos simbólicos que tienen que descubrir, a los que tienen que dar significado y que cada uno entiende de una manera distinta. Cuando llegan al final, siempre hay un silencio porque no descubren el desenlace. Le dan vueltas pero, en muchas ocasiones,  tengo que explicárselo yo porque a ellos les cuesta entenderlo. Y, después, llega el debate. Todos quieren dar su opinión porque no les parece justo, porque no comprenden qué ha pasado con cada personaje, porque el final llega sin una conclusión clara y la última escena les resulta demasiado simbólica. Está claro que el libro no les ha encantado porque su finalidad no es divertir, pero les ha servido para reflexionar, para darle otro sentido a sus ideas, para ayudarles a definir conceptos sobre los que antes no habían pensado. Y, al mismo tiempo, todos quieren aportar su final, son incapaces de dejarlo como está, necesitan rellenar los huecos que faltan. Necesitan el desenlace para sentir que el libro ha acabado. Entonces, la imaginación fluye y hemos conseguido lo que buscábamos.

Clara Navarro