LAS LÁGRIMAS DEL ASESINO

Las lágrimas del asesino

Anne-Laure Bondoux

Edelvives, 2005

El comienzo de esta novela nos sitúa de forma inequívoca en el espacio real (Talcahuano, en el extremo sur de Chile) y simbólico (“azote del viento”…) donde se desarrolla esta historia centrada en Paolo, un niño sin edad, que vive con su familia, el señor y la señora Polvoverdo, en una granja “justo antes del desierto y el mar” por la que apenas aparecen visitantes.

Una noche llega Ángel Alegría, un asesino que acabará de forma violenta con la vida de los progenitores de Paolo, dejando a este con vida. Pese a ello, enseguida se establece una relación entre ambos personajes asentada en la rutina de la subsistencia, los silencios y la necesidad de amar. Esta armonía solitaria poco después se verá trastocada por la llegada de un joven, Luis Secunda, que huye de su designio afincándose en este lugar perdido. Este triángulo encontrará una manera de convivencia armónica, pese a los recelos que se profesan ambos adultos, a través del trabajo duro que exige esa tierra y el poder sugeridor de la poesía recién descubierta por Ángel y el niño. Sin embargo, la enfermedad de la última cabra los obligará a emprender un peregrinaje a Valparaíso que supondrá el despertar vital de Paolo. Esta historia, por tanto, se asienta en el proceso madurativo del pequeño y de estos dos hombres solitarios que anhelan su cariño.  

Desde el arranque poético (“Aquí nadie llega por casualidad”), la voz narrativa revolotea ahondando en los sentimientos profundos y encontrados de los adultos, suscitados por la inocencia y curiosidad del joven Paolo. Es precisamente esta voz, compasiva y lúcida, junto con el valor evocador del espacio (que se convierte en metáfora emocional de los personajes) lo que más me ha llamado la atención en la historia. Además, la trama y la densidad emocional se van entrelazando con imágenes poéticas que desembocan en el poder del arte, de la poesía, la lectura y los libros.

Las lágrimas del asesino, publicada en España en 2005 por Edelvives, es una traducción de la escritora y periodista francesa, Anne-Laure Bondoux, autora de otros títulos juveniles como La tribu (2008), Tiempo de milagros (2010) o Miénteme, te creeré (2017). Nuestra edición, en tapa dura, viene ilustrada en cubierta por imágenes de la versión en cómic que Thierry Murat ha realizado en colaboración con la autora y que también ha publicado Edelvives.

En conclusión, me parece una novela sorprendente en su arranque y sincera y compasiva en el tratamiento de sus personajes, lejos del maniqueísmo propio de las novelas juveniles. Quizás la morosidad de la acción, las recurrentes descripciones del paisaje y la reflexión sobre cómo la soledad y el anhelo de ser amado repercuten en los comportamientos humanos, me hace recomendarla a jóvenes lectores ya maduros.

Ángeles Fernández Bañón

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